Esta es una nueva edición de acopios cotidianos: pequeños fragmentos seleccionados de mi diario personal. Lo que anda dando vueltas por mi mente, como un bosquejo desprolijo de mi realidad. Sale todos los meses y pueden leer la edición anterior acá.
Un mes borroso, como empañado por el vapor de un té, Julio me mantuvo distraída recolectando frases en colectivos, trenes y taxis, intentando darle sentido a la esperanza, observando los pájaros y buscando trascendencia, una mandarina a la vez.
El tiempo de lectura es de 10 minutos. Hice esta playlist para acompañar: una selección de canciones que resonaron conmigo en estas semanas raras. Todas las anotaciones entre paréntesis y en cursiva son comentarios agregados al momento de editar los textos.
01 de julio, 2024 — Lunes
Hoy no me podía despertar, abría los ojos pero el cansancio me los cerraba de nuevo y cada vez tenia un sueño cortito diferente, como un zapping de realidades paralelas. Hace mucho no soñaba. En un momento visitaba a la mamá de mi mejor amigo de la primaria y me daba un abrazo que me hacia llorar. En otro sueño me robaba cosas del supermercado y le mostraba mi botín a mi familia, que estaban almorzando todos juntos en una mesa larguísima y me festejaban cada ítem; lo mejor era una boina increíble que me gustaría existiera en la realidad. En algún momento soñé que se me caían todas las muelas; estaba hablando tranquila y de la nada escupía molares. Soñar que se te caen los dientes significa que te sentís inseguro, ¿tendrá otro significado si son muelas? ¿hay algo que no estoy pudiendo masticar?
Bastante sexy que el mes empiece un lunes.
Quise meditar pero apenas llegué a los 15 minutos porque no paraba de tener ideas, tengo la mente inquieta.
Pido un deseo a las 22:22, que me deje de doler la espalda.
02 de julio, 2024 — Martes
A veces me cuesta distinguir si los perros se están portando mal o yo les tengo menos paciencia. Hay días, por suerte la mayoría, que son tesoros educados, la envidia de un barrio lleno de señoras con perritos diminutos que reaccionan hasta el aire que los toca pero hoy Ary le ladró a cada colectivo que pasó y Nueve me arrastró casi media cuadra porque vio un gato. Me duelen las manos de tironear correas.
Estoy estructurando mis días diferente. Estoy desprogramando la culpa de vivir la vida como tengo ganas. Vivir la vida con intensión. Ya no estoy tan apurada, confío en mi camino lo suficiente para saber que lo más valioso es disfrutarlo, andarlo. Do nothing without intention.
Una hora al sol logra hacerme entrar en calor aunque hagan nueve grados. Una hora de caminata logra hacerme sentir humana de nuevo. El invierno de las mil caminatas.
Encuentro un banquito y me siento a escribir. Hay un cigarrillo todavía prendido en el piso, larga humo y me llena de misterio porque acá estoy sola hace un rato largo. Hago el camino a casa sin auriculares, por momentos esta tan silencioso que escucho el roce de mis pantalones. La calle te habla si tenes ganas de escuchar. En Coghlan hay una esquina que se llama Ego.
03 de julio, 2024 — Miércoles
16:00 — Salí a hacer mandados escuchando podcasts que me dejaron inspirada. Fui a la verdulería para hacerme una ensalada rica, nutritiva, colorida. La comí en el balcón al sol, hice yoga, medité y me vinieron grandes ideas. Generé un flujo y me entregué sin resistencia. La creatividad no es algo intelectual. Es intuitivo, es espiritual.
04 de julio, 2024 — Jueves
Las páginas matutinas realmente me tienen deshojando traumas familiares a las 9 de la mañana. Empecé el día con Music For Airports y me despertó en el mejor de los humores.
“Trabajo es trabar para abajo” (frase de una conversación sobre bio-decodificación que tuve con un taxista)
05 de julio, 2024 — Viernes
Del invierno lo que más me gusta es calentar las medias antes de ponérmelas.
06 de julio, 2024 — Sábado

07 de julio, 2024 — Domingo
Lloro gran parte de la mañana pero eventualmente junto coraje, me abrigo y salgo a caminar con la esperanza de sentirme mejor. Solo encuentro más frustración. Me hago de comer, leo un rato al sol, me hundo en una siesta y en el descanso encuentro algo de consuelo. Antes, que solía habitar estos puntos bajos mucho más seguido, me abandonaba por completo: dejaba de comer o de bañarme, le escapaba al tiempo, me distraía con cualquier cosa con total de no hacerme cargo. Ahora mi primer instinto es hacerme algo rico: cocinar en silencio sirve para asentarme en lo que siento. Lo corto, lo proceso, lo mastico. Con la panza llena todo se siente menos grave.
11 de julio, 2024 — Jueves
Me despierto a las 7 y veo como el cielo se pone azul eléctrico.
Pago el tren y me queda 444 de saldo.
En un colectivo atascado miro por la ventana: un nene corre en la orilla de una laguna, cae de rodillas sobre la tierra y se ríe. A 500m termina la autopista pero nadie avanza. La frustración colectiva y la calefacción mal calibrada nos pone los cachetes rojos. Apreto los dientes sin querer, la camiseta térmica que tengo abajo del buzo me da escalofríos. Una mujer se queja a viva voz, nadie le responde. No tolero la impaciencia ajena. Me pongo auriculares y Joni Mitchell me canta mientras nos movemos a paso humano. Dos nenes corren en el verde, saltan una zanja enorme y se quedan a mitad de camino, se ríen. El más grande ayuda al mas chico, se sacuden las rodillas y siguen corriendo, ¿a donde van tan apurados? ¿de donde sale tanta felicidad?
Más adelante vemos lo que obstaculiza la circulación: no son más de 30 personas quemando unas ramas tristes sobre los carriles recién pintados. El fuego no respeta los renglones. Saludan al colectivo como si fuéramos la cámara de un noticiero y una policía acomoda autos con desgano. Retomamos ritmo y ahora Madonna le canta a Sigmund Freud. Tengo que retomar terapia.
It’s summertime and the living is easy pero es invierno y la vida esta áspera. Bajo del colectivo sobre-calefaccionado y en exactamente tres cuadras me destemplo y empiezo a temblar. Me hago pis y tengo hambre.
Lloro en el colectivo de vuelta, en el 129 que me transportó tantas de veces. Una intimidad autoproclamada me da permiso. Lloro estoica, sin contorsionar la cara, lagrimas silenciosas cayendo por pulsión gravitacional, como los galgos cuando tienen frio. Ojos brillosos, nariz mojada, mirando al horizonte. Nunca conocí desamor más doloroso como el auto-infligido. Una canción triste en loop.
Como una torre hecha de naipes, tan preciada en la construcción, tan insignificante en el instante siguiente. Tantas veces te vi tirar todo. Te vi rajar egos con la mirada. Te vi lastimar con indiferencia. Te vi romperte la cara contra el asfalto con total de rebelarte. Te vi sostener el peso muerto de mi existencia. Te vi intentarlo, una y otra vez, tan feroz y tan salvaje, tan hermoso que duele.
Mi amor tiene forma de casa y como un animal exótico, se siente ilegal retenerte.
Involuntariamente escucho un pasaje de factura ajeno: “tres meses yendo al hospital todos los días” como si fuera culpa de la criatura nacer sietemesino, “no lo pudo retener por miedo”. Yo también tengo miedo. Quererte tanto que te escapes, apretarte tanto que te mueras. Anticipo con tristeza cuando toda esta libertad ya no sea suficiente.
“Una dama desocupada y un gaucho cínico” (frase de Los galgos, los galgos)
12 de julio, 2024 — Viernes
“Hay tensión sexual entre un aerosol y un pelotudo” (otra frase escuchada en un taxi)
Un té para terminar el día, un té para adentrarse en la noche.
Pasando tiempo con mis musas, la gente que me inspira. Mis chicos no le tienen miedo a la cámara, se dejan registrar, están orgullosos de sus looks. La gente linda es la gente interesante y yo siempre les quiero sacar fotos. Registrar el paso del tiempo, la juventud, los rostros hermosos, los momentos especiales, las sonrisas y las risas, los secretos. Poso el ojo y veo preciosura. (esto estuvo inspirado por unas analógicas que saqué, el primer rollo personal que saco en bastante tiempo que lo pueden ver acá)
13 de julio, 2024 — Sábado
El subte para leer, el colectivo para escribir, el tren para contemplar.
Elijo un asiento con un JONI rayado al costado. Pienso en el Joni Sangre, ¿en que andará? Viene a mi cada vez que ando perdida.
14 de julio, 2024 — Domingo
La hazaña del vigilante: lasaña de cena, vigilantes de postre.
“Así se siente ser bicampeones de la región”. Ya lunes, 02:22AM — Bocinas tímidas suenan en algunas esquinas. Los autos pasan rápido y en la velocidad los gritos se distorsionan, suenan desgarrados. La gente sin animo y con frío espera el colectivo, ¿qué festejamos? Colectivos corridos, colectivos alcanzados.
Tengo sueño y todo lo que escribo me parece aburrido. El té esta muy caliente.
16 de julio, 2024 — Martes
Por lo que me dura un té practico el silencio y la contemplación en el balcón, sin distracciones. Los perros me acompañan, uno durmiendo la siesta, la otra atenta a la calle conmigo, oliendo el horizonte, cambiando las orejas de posición ante cada ruido.
Inspirada, medio rebelde, confiando en que todo se va a resolver. Ante todo confío. Hoy me levanté sensible a todo lo hermoso, el clima me conmueve.
En vivo desde el fin de los tiempos: ya no se puede disfrutar nada en el 2024. Un berrinche pero yo me rehúso a dejar de romantizar mis perros durmiendo la siesta al sol, la calma de las cuatro de la tarde, las historias divertidas, las aventuras y las musas. El aprendizaje, la lectura, abrir la mente, charlar con los demás. Escuchar y devolver. Me nutro de lo verde, de las caminatas, de los arboles que dan sombra, del sol que da calor, del abrazo de una amiga, del jugo de una mandarina, del color en una obra de arte, del aire que respira mi perra, de la tranquilidad que rodea mi amor. Mi pequeña resistencia, desde mi computadora, escribiendo una y otra vez lo mismo.
17 de julio, 2024 — Miércoles
¿Qué preocupaciones me perdono al final del día? Intranquilidades, inquietudes, desasosiegos. Hay que relajar los estándares.
Lo que me gusta del paso de los días es que mis diarios se llenan cada vez más. Hojas y hojas de palabras, una colección inútil e invaluable. Lo pienso, lo escribo y lo dejo ir.
19 de julio, 2024 — Viernes
Revisando archivo, revolviendo sentimientos. Preguntan por vos y en mi mente formulo respuestas que nunca enuncio, declaraciones mudas sobre desenlaces indiferentes. La verdad es que no lo sé. No sé si lo sabes vos tampoco. Creo que nadie lo sabe pero ahora, para variar, encuentro paz en eso. Me habilito a olvidarte, desearte lo mejor y dejarte ir. Miro al pasado y doy gracias por lo que perdí.
¿Y si me estoy desperdiciando en una vida arraigada en el apego? Mi amor tiene forma de casa.
Hago un budín de banana, uno especial, con mucho chocolate y nueces de todo tipo, hecho a la luz de tres velas y una luna llena en capricornio.
20 de julio, 2024 — Sábado
“Cumplís 40 y te volves impune. Cumplís 28 y te volves calabaza”
Almorzamos en una cantina vacía, en una mesa llena. Soda, croquetas, zapallo con pesto, un corte de carne que desconozco pero a vos te fanatiza, morcilla, pan y una montaña de papas fritas. Un verdadero festín de cumpleaños. Nos reímos con la boca llena, disfrutamos la música y nuestra compañía. El primer 20 de julio que pasamos juntos te invité a una sangucheria que se transformó en nuestro lugar favorito: solíamos ir todos los fines de semana y en cada ocasión posible llevábamos a nuestros amigos para impresionarlos con la comida, los precios y el ambiente. Ahora ya no existe y nosotros vivimos en otra ciudad pero hacemos de cualquier parrilla sin clientes nuestro lugar, lo llenamos de la calidez que tanto nos conmueve y nos une. To know you is to love you, no por nada naciste el día del amigo.
21 de julio, 2024 — Domingo
Las cuatro de la tarde y todavía no miro el celular. Paso el día en el sillón, tapada con dos mantas, acompañada de los perros y sumergida en un libro. Cada tanto me levanto, me hago un té, me sirvo algo de comida y vuelvo a mi cucha calentita, a continuar la lectura.
22 de julio, 2024 — Lunes
La vida es nuestra percepción y nuestra percepción es química.
Somos diez patas marcando un ritmo, una fila de sonidos delicados atravesando el barrio taciturno. Van sueltos pero se mantienen cerca, sus chapitas tintinean dulcemente y me informan el paradero de cada uno. Esos pedacitos de metal que llevan colgados en el collar, grabados con sus nombres y un número que no es mío, porque yo nunca atiendo el teléfono. La luna llena nos acompaña, cada tanto nos alumbra. Por momentos nos encontramos con otros perros, con otros dueños, indiferentes siguen su camino. Por las ventanas veo personas que cenan, televisores que se iluminan, luces que se apagan, persianas que se bajan.
23 de julio, 2024 — Martes
De la fantasía a la realidad, ¿cuál es la distancia? ¿cómo la recorro?
25 de julio, 2024 — Jueves
Leyendo sobre inmortalidad, tocada por la trascendencia. Ando con el pelo largo, las ideas revueltas y las angustias a flor de piel. El contexto se siente como un bebé afiebrado, fastidioso, no sabes como ayudarlo.
26 de julio, 2024 — Viernes
Amo mi cama, es hermosa. Mi paraíso pagado en cuotas.
27 de julio, 2024 — Sábado
Admiro cualquier cosa que florezca en invierno. Rojas, rosas, magentas y blancas, decoran mi camino y las admiro un rato largo para que se sientan bellas. A veces están mojadas, a veces se estiran al sol. Las más lindas son las más fugases, a esas las piropeo cada mañana.
28 de julio, 2024 — Domingo
Alejada espiritualmente del internet. Reivindicando lo tangible.
Me meto a la cama con los chips de chocolate que sobraron de un budín y un vaso de soda enorme. Planeo leer hasta dormir. Ando enamorada de los libros últimamente, solo pienso en la lectura.
30 de julio, 2024 — Martes
18:05 — Me hice la costumbre de observar a mis vecinas, las cotorras. Todas las tardes, cuando empieza a bajar el sol, me hago el rato para salir al balcón y verlas entrar a su nido. Cuerpos de un verde hermoso, caras como maquilladas de marrón, son un grupo de seis que cotorrean sin parar desde diferentes ramas y entran de a una en un agujero que hay en el tronco, respetando los turnos. De a poco se acomodan y se retoma el silencio.
Una tarde, hace poco, estuvieron un rato largo esperando, más de lo normal. Impacientes se movían de rama en rama, hasta que de repente llegó una volando desaforada y sin reducir velocidad se metió al agujero de una, ¿de qué estaba escapando? El resto la siguieron con rapidez, una por una, adentro.
Me recuerdan que es momento de guardarme, voy aminorando la marcha.
31 de julio, 2024 — Miércoles
Al fin, fin de mes.
Eso es todo por hoy. Si te gustó se lo podes recomendar alguien o compartirlo en algún lado, siempre ayuda. Te deseo días tranquilos, llenos de esperanza y mandarinas, nos vemos muy pronto.
Me encantó, una realmente se encariña con tu faceta escritora <3
que hermoso esto